Preferían la gloria que dan los hombres a la gloria que da Dios.

Juan 12,43

Jesús durante su ministerio no solo se encontró con oídos sordos y corazones duros sino también con unos que creen en secreto, tienen miedo de confesar su fe, no quieren perder su estatus social ni ser expulsados de la sinagoga.
Esas personas están sumergidas en una gran mentira ya que quieren ser discípulos secretos. El discipulado secreto es una contradicción en términos; porque el secreto anula el discipulado o el discipulado termina con el secreto. Sabían que Jesús tenía razón, y que sus colegas estaban planeando matarlo; pero no estaban dispuestos a correr el riesgo, creían que al declararse seguidores de Jesús deberían pagar un precio excesivo, y prefirieron vivir una mentira por no ser capaces de vivir una verdad.
Los que creían en secreto creían que si se declaraban seguidores de Jesús saldrían perdiendo. Es increíble que aun hoy haya gente que cree que declarar su fe públicamente los perjudicará, creen que son prudentes y sabios viviendo su fe en secreto, pero no saben que mientras que la condena social o la opinión de la gente dura lo que dura nuestro paso por esta tierra, el juicio de Dios dura para toda la eternidad.
La verdadera sabiduría está en honrar a Dios.

Selva Natalia Barrios

Juan 12,37-43

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