¡Tú siempre has existido!
Salmo 93,2
¡El Señor es Rey! Así comienza el Salmo 93, un salmo de alabanza en el que el salmista alaba a Dios como Rey y afirma que se ha vestido de esplendor y se ha rodeado de poder… Qué hermoso y gratificante es poder tomarnos un tiempo para alabar a Dios y reconocer su grandeza.
A pesar de que vivimos en una época en la que tenemos más tiempo para pedir a Dios que haga grandes cosas con nosotros y pocas veces agradecemos, sería hermoso también tomar un tiempo para alabar a Dios por su grandeza, por su infinito amor, ese amor que no desaparece a pesar de nuestros errores, que está ahí a pesar de que nos desviamos del camino, ese amor que nos abraza cuando volvemos arrepentidos.
Ese amor que nos brinda seguridad y confianza, sabiendo que Dios siempre está con nosotros, presente desde antes de la creación: “…y el espíritu de Dios se movía sobre las aguas” (Génesis 1,2b).
Por eso, querido Dios, te agradecemos y te alabamos porque ¡Tú siempre has existido! Porque Tú estabas, estás y seguirás estando por todos los siglos de los siglos. Amén.
Rufina Rapp