“Alaben al Señor…alaben el poder y la gloria del Señor.”
Salmo 29,1

¿Se han preguntado cuánto nos agrada el poder o cuánto buscamos obtenerlo; o que cuando hacemos algo, quisiéramos ser los mejores?
Si nos gusta escribir, lo mejor sería ser premiados con el premio Nobel de Literatura… Pero también si somos profesionales, científicos, artistas, deportistas, etc., nos gustaría alcanzar logros y poder.
¡Cuántas veces el desear tener poder económico, político o de otro tipo, lleva a los humanos a luchas y destrucción!
Por eso creemos que el Salmo de hoy nos centra en las cosas que realmente importan. El poder y la gloria son de Dios, el Creador y dador de vida. Sólo a él debemos alabar, imitar y rendir honor.
Si los gobernantes de hoy pudieran centrar su pensamiento en que sólo Dios tiene el poder y merece la gloria, el mundo sería totalmente otro. Y el año que comienza podría ser diferente, con pan y trabajo para todos, sin violencias, sin humanos que se creen superiores a otros humanos.
Que Dios pueda darnos a todos y todas, en los diferentes espacios que ocupamos, la sabiduría de experimentar que el poder y la gloria son sólo de Dios que nos enseñó, a través de Jesús, un camino nuevo.

Doris Arduin y Germán Zijlstra
Salmo 29,1-2

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