Lunes 21 de agosto

Pues has puesto tu nombre y tu palabra por encima de todas las cosas.
Salmo 138,1-3

La gratitud es el sentimiento más profundo que surge en el ser humano cuando percibe la acción de Dios en su vida, en su persona, en el mundo que le rodea.
De eso se trata el salmo 138, es una oración de gratitud atribuida al rey David.

En el pensamiento hebreo, el nombre define a la persona, no como un destino sino más bien como una fuerza que impacta en las acciones, en el modo de ser y de hacer…

Y entonces… ¿Cuál es el nombre que ha puesto Dios sobre todas las cosas? El de siempre… el mismo que le dijo a Moisés cuando le preguntó: ¿de parte de quién voy a hablarle al pueblo hebreo esclavizado? – diles que yo soy el que soy, dijo Dios a Moisés. El que estuvo acompañando a tus antepasados, yo soy el que estoy contigo; Emanuel, Dios con nosotros… ese mismo que se hizo persona en Jesús y anduvo nuestros caminos…

Y… ¿Cuál es la palabra que está por encima de todas las cosas? “dabar” que significa decir y hacer en un mismo acto, ese modo de “hacer” es algo que, en hebreo, está dentro de la palabra de Dios… si Dios dice, se hace, porque su palabra guarda la fecundidad de la creación.

El salmo da gracias porque, quien escribe y canta, puede percibir la presencia y el accionar de Dios en todas las cosas, puede ver a Dios actuando en la historia.

Que el Dios de la vida nos de humildad para percibir su presencia en nuestra vida y expresar gratitud.

Cristina La Motte
Pastora de la IERP, trabajando actualmente en la CEAGBASO y coordinadora del Centro Protestante El Sembrador

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