Por eso, anímense y fortalézcanse unos a otros, tal como ya lo están haciendo.
1 Tesalonicenses 5,11
Me acuerdo de las predicciones apocalípticas al comenzar el año 2000. Presagios de finalización de la humanidad, predicciones absurdas de colapsos en cuentas e internet. Intelectuales, personas preparadas y niños sumidos en sustos y miedos, del que los medios se hacían eco. Pasó la fecha y nada de todo lo predicho con tanta seguridad ocurrió.
Una y otra vez pasa que en fechas redondas, inicios de siglos o milenios algunos recurran a predicciones de finalización de los tiempos. Es terrible y condenable, que haya personas que utilizan estas fechas para promover sus convicciones, su religión o sus creencias.
Parece que en los tiempos de Pablo, también ya se hacían especulaciones sobre la venida de Cristo y su relación con los tiempos finales. A algunos les preocupaba y sufrían con estas especulaciones. No hay fechas de la segunda venida de Jesucristo, afirma Pablo. A los que viven en la oscuridad, a los que no tomaron en serio el evangelio les va a tomar de sorpresa. Tienen miedo porque viven como si actuaran en la noche, donde no se quiere que se vea su falso modo de actuar.
Mantengámonos en nuestro sano juicio, protejámonos con la fe, el amor y la esperanza expresa Pablo. Dios ya nos regaló la salvación. Nos conviene vivir como si fuera de día, donde las actitudes y los hechos se ven, se pueden evaluar y sirven de testimonio.
Animarnos y fortalecernos unos a otros es la tarea en los tiempos donde otros quieren generar inquietud y debilitar la fe mediante presagios falsos.
Waldemar von Hof
1 Tesalonicenses 5,1-11