¿Qué pues? ¿Tenemos nosotros, los judíos, alguna ventaja sobre los demás? ¡Claro que no! Porque ya hemos demostrado que todos, tanto los judíos como los que no lo son, están bajo el poder del pecado.

Romanos 3,9

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Las palabras de Pablo a los judíos de Roma nos presentan un sentimiento muy profundo y excluyente: o te haces como yo (judío) o eres pecador. Este sentimiento ha llevado al mundo a muchos malentendidos, discriminaciones y guerras durante siglos.

Las noticias que llegan con mucha frecuencia de Medio Oriente hoy, nos hacen pensar que la clase gobernante de Israel y los poderes económicos de origen judío en la diáspora aparentan creer que todavía son el único pueblo elegido por Dios con derechos diferenciados en relación con otros pueblos.

Hoy la discusión se da, no sólo en Medio Oriente, en ámbitos distintos, pero que en realidad tiene la misma esencia: te formas, piensas, actúas, crees, te sometes y sirves a los mismos intereses, o no eres digno de confianza y respeto.

En general los medios de comunicacion presentan las informaciones de acuerdo con sus ideologías llegando al extremo de que lo bueno es sólo bueno y lo malo es sólo malo. Quienes recibimos las noticias no logramos entender completamente los hechos y mucho menos profundizar y reflexionar sobre las realidades. Y así vamos formando grupos antagónicos fundados en informaciones incompletas, dirigidas y parciales.

Cada uno, cada una de nosotros como verdaderos cristianos y cristianas debemos partir del principio de que somos imperfectos e intolerantes. Solamente la humildad de reconocer estas características propias de la humanidad puede llevarnos a entender situaciones, cambiarlas y a transformarnos en mejores personas. Este cambio seguramente debe reflejarse en las acciones realizadas y en la comunidad.

El compromiso de no juzgar por lo que “nos llega”, cuidar y buscar fuentes de información diversas y confiables, considerar que todos cometemos errores y que es posible arrepentirse y reparar, ayudará muchísimo en la construcción de una mejor comunidad y humanidad en todos los sentidos.

Inés Simeone

Romanos 3,1-20

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