Cuando te llamé, me respondiste y aumentaste mis fuerzas.
Salmo 138,3
El salmista expresa una profunda gratitud y confianza en Dios, quien responde a nuestras oraciones y fortalece nuestras almas. En un mundo lleno de incertidumbres y desafíos, como la guerra, el cambio climático y la injusticia social, es fundamental buscar la fortaleza y la guía de Dios. Estos problemas nos ponen a prueba y nos hacen buscar desesperadamente Su ayuda. En estos momentos, recordar que Dios responde a nuestras oraciones y nos da fuerzas puede ser un ancla para nuestras almas.
Reconocer las bendiciones de Dios en nuestras vidas nos ayuda a mantenernos firmes en la fe. Esta gratitud no solo debe quedar en nuestras palabras, sino que debe reflejarse en nuestras acciones. En un mundo donde las noticias de desastres naturales y de guerras hacen que sea fácil sentirse abrumado y desanimado, es precisamente en estos momentos cuando nuestra fe puede guiarnos a actuar con determinación y esperanza, cuidando lo que Dios nos ha confiado.
En medio de las dificultades, recordemos que Dios nos fortalece y nos guía. Cuando nos sentimos débiles y abrumados por los de safíos, podemos clamar a Dios con confianza, sabiendo que Él nos escucha y nos da la fuerza necesaria para continuar. Esta confianza nos impulsa a actuar con valentía y determinación, sabiendo que no estamos solos en nuestra misión de cuidarnos, de cuidar la creación y de buscar justicia. Que nuestras vidas sean un reflejo de la gratitud y la confianza en Dios, mostrando su amor y cuidado a través de nuestras acciones hacia el mundo y hacia los demás.
Romario Dohmann