Lunes 4 de noviembre


De nada sirve trabajar de sol a sol y comer un pan ganado con dolor, cuando Dios lo da a sus amigos mientras duermen.

Salmo 127,2

Bendecido lunes, hermanas y hermanos. En este día nos encontramos con un texto que podría generar incomodidad, pero en realidad es un pasaje que nos desafía y confronta. Quizás no debamos precipitarnos en sacar conclusiones apresuradas, sino tomarnos un tiempo para meditar sobre lo que el salmista nos comparte.
De ninguna manera el texto invita a la pereza o la holgazanería. Lo que sí hace el texto es remarcar la preocupación por aquellos que tienen un exceso de trabajo, al punto que puede causarles dolor y enfermedades. Entonces, ¿de qué sirve trabajar con tanto sacrificio si al final descuidamos lo verdaderamente importante en la vida, aquello que realmente nos hace felices?
Encontrar el equilibrio en estos tiempos es muy difícil. Estamos a punto de comenzar un nuevo año y seguramente quedarán muchas cosas pendientes debido a la falta de tiempo. Tal vez, esta situación se repite constantemente y acabamos viviendo nuestras vidas bajo la presión constante del reloj. El salmo de hoy nos invita a que pensemos, reflexionemos, en la necesidad de encontrar ese equilibrio en nuestra vida, de trabajar para vivir y vivir para compartir con nuestros seres queridos.
Dios, que permaneces fiel a nuestro lado, nos invitas a tomarnos el tiempo para compartir esta vida junto a ti y a tener numerosos encuentros con amigos, familia y la comunidad que se reúne en la presencia de Cristo, ya que es lo que nos beneficia y nos hace bien.

Carlos Kozel

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