¿Quién será capaz de construirle un templo, si el cielo, con toda su inmensidad, no puede contenerlo?

2 Crónicas 2,6

Estas fueron palabras de Salomón, aunque la idea de construir el templo ya había empezado con su padre David.
Quisiera que leamos todo este texto (la cita esta al final) porque es interesante lo que dice Salomón acerca de la función del templo. Primero se imagina un templo grande porque Dios es grande. Y lo quiere hacer con los mejores materiales que hay.
En segundo lugar sabe que Dios no está encerrado en el templo, pero como es un lugar de encuentro, hay que preocuparse por su embellecimiento. Porque somos nosotros los que necesitamos un lugar para tener la certeza que nos podemos encontrar con él y juntar fuerzas para manifestarlo y alabarlo en nuestras tareas cotidianas. Dios puede ser visto en todo y en todo lugar, aunque al decir verdad lo que podemos ver son los efectos de Su eterno poder creativo.
¡Cuántos templos a lo largo y ancho del planeta! Cada uno construido con amor y con la esperanza de poder tener un lugar de encuentro con ese Dios que está en todos lados. Cuanta gente dedicó su vida, su tiempo a la construcción de nuestros templos.
Cuantos templos en los que se alabó la palabra de Dios, se predicó su amor y se habló de esperanza, cuantas celebraciones…
Si bien es cierto que Dios no vive en el templo, es un lugar donde Dios nos puede encontrar a todos unidos para alabarlo y celebrarlo.
La próxima vez que nos reunamos en el templo, un lugar de encuentro con Dios, agradezcámosle por todos aquellos y aquellas que pusieron su corazón y su esperanza en la construcción de ese templo en el que nos reunimos. Y en gratitud, ofrezcamos nuestras manos, nuestro tiempo y nuestras esperanzas para mantenerlo y de esa manera también mostrar nuestra gratitud a Dios por todo lo que nos da día a día.

Pablo Münter

2 Crónicas 1,18-2,17

Compartir!

Share on facebook
Facebook
Share on twitter
Twitter
Share on linkedin
LinkedIn
Share on whatsapp
WhatsApp
Share on email
Email
Share on print
Print