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Salmo 72:1-7, 10-14
1 Oh Dios, da tu juicio al rey, y tu justicia al hijo del rey.
2 Él juzgará a tu pueblo con justicia, y a tus afligidos con rectitud.
3 Los montes traerán paz al pueblo, y los collados justicia.
4 Juzgará a los afligidos del pueblo, salvará a los hijos de los menesterosos, y aplastará al opresor.
5 Te temerán mientras dure el sol y la luna, de generación en generación.
6 Descenderá como la lluvia sobre la hierba cortada, como el rocío que empapa la tierra.
7 En sus días florecerá la justicia, y habrá abundancia de paz hasta que no haya luna.
10 Los reyes de Tarsis y de las costas le traerán presentes; los reyes de Sabá y de Sebá le ofrecerán tributo.
11 Todos los reyes se postrarán ante él; todas las naciones le servirán.
12 Porque él librará al pobre que clama, y al afligido que no tiene quien le socorra.
13 Tendrá compasión del menesteroso y del pobre; salvará las vidas de los pobres.
14 Los redimirá de la opresión y de la violencia; preciosa será su sangre ante sus ojos.
Isaías 60:1-6
1 ¡Levántate! ¡Resplandece! Porque ha venido tu luz, y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti.
2 Porque he aquí que tinieblas cubrirán la tierra, y oscuridad las naciones; mas sobre ti amanecerá Jehová, y sobre ti será vista su gloria.
3 Y andarán las naciones a tu luz, y los reyes al resplandor de tu nacimiento.
4 Levanta en derredor tus ojos y mira; todos estos se han reunido, vienen a ti; tus hijos vendrán de lejos, y tus hijas serán llevadas en brazos.
5 Entonces verás y resplandecerás; se maravillará y ensanchará tu corazón; porque se habrá vuelto hacia ti la multitud del mar, y las riquezas de las naciones habrán venido a ti.
6 La multitud de camellos te cubrirá; los dromedarios de Madián y de Efa; todos los de Sabá vendrán; traerán oro e incienso, y publicarán las alabanzas de Jehová.
Efesios 3:1-12
1 Por esta causa yo Pablo, prisionero de Cristo Jesús por vosotros los gentiles;
2 si es que habéis oído de la administración de la gracia de Dios que me fue dada para con vosotros;
3 que por revelación me fue declarado el misterio, como antes he escrito brevemente.
4 Leyendo lo cual podéis entender mi conocimiento en el misterio de Cristo,
5 el cual en otras generaciones no fue dado a conocer a los hijos de los hombres, como ahora es revelado a sus santos apóstoles y profetas por el Espíritu;
6 que los gentiles son coherederos y miembros del mismo cuerpo, y copartícipes de la promesa en Cristo Jesús por medio del evangelio;
7 del cual fui hecho ministro por el don de la gracia de Dios que me ha sido dado según la operación de su poder.
8 A mí, que soy menos que el más pequeño de todos los santos, me fue dada esta gracia de anunciar entre los gentiles el evangelio de las inescrutables riquezas de Cristo
9 y de aclarar a todos cuál sea la dispensación del misterio escondido desde los siglos en Dios que creó todas las cosas;
10 para que ahora sea manifiesto por medio de la iglesia la multiforme sabiduría de Dios a los principados y potestades en los lugares celestiales,
11 conforme al propósito eterno que hizo en Cristo Jesús nuestro Señor;
12 en quien tenemos seguridad y acceso con confianza por medio de la fe en él.
Mateo 2:1-12
1 Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos magos, diciendo:
2 ¿Dónde está el rey de los judíos que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente y venimos a adorarle.
3 Al oír esto, el rey Herodes se turbó, y toda Jerusalén con él;
4 y convocando a todos los principales sacerdotes y a los escribas del pueblo, les preguntó dónde había de nacer el Cristo.
5 Ellos le dijeron: En Belén de Judea; porque así está escrito por el profeta:
6 Y tú, Belén, tierra de Judá, no eres la más pequeña entre los príncipes de Judá; porque de ti saldrá un guiador que apacentará a mi pueblo Israel.
7 Entonces Herodes llamó en secreto a los magos y les indagó diligentemente acerca del tiempo en que había aparecido la estrella.
8 Y enviándolos a Belén, dijo: Id allá y averiguad con diligencia acerca del niño; y cuando le halléis, hacédmelo saber para que yo también vaya y le adore.
9 Ellos habiendo oído al rey se fueron; y he aquí la estrella que habían visto en el oriente iba delante de ellos hasta que llegó al lugar donde estaba el niño.
10 Y al ver ellos la estrella se regocijaron con muy grande gozo.
11 Y al entrar en la casa vieron al niño con su madre María; y postrándose le adoraron; abriendo sus tesoros le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra.
12 Pero siendo avisados por revelación en sueños que no volviesen a Herodes, regresaron a su tierra por otro camino.
Agenda Evangélica: Salmo 72,1-3.10-12; Isaías 60,1-6; Mateo 2,1-12 (P); Efesios 3,1-7