Aclame al Señor toda la tierra, prorrumpan en cantos jubilosos.
Salmo 98,4
Poder cantar jubilosos va de la mano de la experiencia de ser amado/a.
Amar con predilección significa decir ¡no a otros amores! Sobre todo los que la mundanidad nos propone: amor al dinero, al éxito, al poder… Estos caminos engañosos nos alejan del verdadero amor y de la auténtica alegría, llevándonos a ser cada vez más egoístas, narcisistas y prepotentes. La prepotencia conduce a una degeneración del amor, al abuso de los demás y al sufrimiento de la persona amada. Pienso en el amor enfermizo que se transforma en violencia, y cuántas mujeres son víctimas de ello en la actualidad.
Esto no es amor. Amar quiere decir apreciar a la persona que está a nuestro lado y respetar su libertad, amarla como es, gratuitamente.
La alegría de saber que somos amados por Dios nos permite afrontar con fe las pruebas de la vida y superar las crisis para salir de ellas siendo mejores. Ser verdaderos testigos implica vivir esta alegría, ya que la alegría es el signo característico del cristiano/a.
Sergio López