¿Por qué les va bien a los malvados? ¿Por qué viven tranquilos los traidores?

Jeremías 12,1

En un hospital, don Fernando, internado, me preguntó: “¿Por qué, pastor, los malos siempre tienen suerte?”. Don Fernando había tenido un gran accidente de tránsito, pero el culpable del mismo había huido tranquilo, sin un rasguño.

En muchos pasajes de la Biblia se hace la misma pregunta que me hizo don Fernando: “¿Por qué siguen con vida los malvados, y llegan a viejos, llenos de poder?”, (Job 21,7); “¡Miren a estos malvados! Con toda tranquilidad aumentan sus riquezas.” (Salmo 73,12); “Todo esto he visto durante esta vana ilusión que es mi vida: hombres buenos que mueren a pesar de su bondad, y malvados que a pesar de su maldad viven muchos años.” (Eclesiastés 7,15). El pasaje que corresponde al día de hoy es otro buen ejemplo.

En todos los contextos bíblicos en los que aparece la pregunta del porque de la suerte de los malvados, la realizan las personas buenas cuando sufren y no entienden el por qué. Don Fernando, comenzó a meditar sobre esto sólo después del accidente de tránsito. Pero, si la Biblia plantea esta pregunta, es sólo para resaltar que la suerte de los malvados es aparente y, por sobre todo, se exhorta que sí vale la pena vivir y comprometernos con Dios y su justicia.

Meditemos: no caigamos en la tentación de tener envidia de los malvados. Por el contrario, oremos por ellos y no dudemos nunca ni de la justicia ni del amor de Dios.

Así que no debemos cansarnos de hacer el bien; porque si no nos desanimamos, a su debido tiempo cosecharemos. (Gálatas 6,9)

Sergio A. Schmidt

Jeremías 12,1-6

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