El ángel que me hablaba tenía una caña de medir de oro, para medir la ciudad, las puertas y la muralla.

Apocalipsis 21,15

Desde el inicio del capítulo 21 se habla de un nuevo comienzo:
“después vi un cielo nuevo y una tierra nueva…”
Tantas veces en momentos de crisis personales nos gustaría volver atrás y hacer todo de nuevo.
Si somos observadores de nosotros mismos nos daremos cuenta de que ese volver atrás no difiere mucho de lo que ya hemos vivido. Es decir que repetiríamos la mayor parte de lo que hicimos.
Por el contrario creemos que ¡Dios sí puede hacer todo nuevo!
Juan dice que el ángel tenía una caña de medir de oro y con ella medía todo, nosotros actuamos como si tuviéramos una vara para medir a los demás. Lamentablemente no suele ser de oro sino revestida de soberbia y a veces malintencionada.
Que las enseñanzas de Jesús nos guíen para poder ver en los demás primero las virtudes que brillen como las piedras preciosas que des- cribe el evangelista tan en detalle. Para ver las sombras de nuestros semejantes siempre habrá tiempo y quizás no lleguemos a verlas nunca si nosotros demostramos primero buena voluntad y comprensión.
Eso sería un humilde gesto de nuestra parte para hacer nuevas las cosas o al menos para mejorarlas. Así sea.

María Teresa Rolón

Apocalipsis 21,15-21

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