Entonces dijo: “De veras les digo que esta viuda pobre ha dado más que todos; pues todos dan ofrendas de lo que les sobra, pero ella, en su pobreza, ha dado todo lo que tenía para vivir.”

Lucas 21,3-4

Jesús elogia, en este versículo, a una viuda pobre que sabe compartir desde lo que ella tiene para vivir. Lo da todo para Dios, ¡todo lo que tiene para su existencia! Y Cristo no se ha quedado indiferente ante tan grandioso gesto. Nos ha dicho: “aprendan de esta mujer lo que es creer de veras en Dios”. Darlo todo. Se entrega totalmente en sus manos, poniendo toda su confianza en Él, no en el dinero o el poder. Con su ofrenda expresó su convicción de que todo lo que tenía le pertenecía a Dios. Esta viuda es el gran ejemplo a seguir por nosotros los cristianos. Al ofrendar nuestras monedas, nuestro tiempo, nuestro trabajo, nuestra compañía, pensando en el beneficio del Reino de Dios y de aquellos que están necesitados.

Señor, no te puedo dar nada que no haya recibido de Ti, por lo que pongo en tus manos mi amor para que según tu voluntad lo pongas al servicio de mis prójimos. Con tu gracia podré vivir desprendido de las cosas y sabré darme con más generosidad y más amor a los demás.

Cuando el pobre nada tiene y aún reparte, cuando alguien pasa sed y agua nos da, cuando el débil al más débil fortalece, va Dios mismo en nuestro mismo caminar. (Canto y Fe N° 317)

Gladis Susana Gomer Lucas 21,1-4

Compartir!

Share on facebook
Facebook
Share on twitter
Twitter
Share on linkedin
LinkedIn
Share on whatsapp
WhatsApp
Share on email
Email
Share on print
Print