Oh Señor, los ríos braman y levantan grandes olas; pero tú, señor, en” las alturas, eres más poderoso que las olas y que el rugir de los mares”.
Salmo 93,3-4
Si bien el salmo 93 expresa alabanza a nuestro Dios, la imagen utilizada por el salmista bien puede describir también las grandes luchas que enfrentamos en la vida. El salmo representa el poder que Dios tiene en nuestras vidas.
Los ríos rugen y levantan grandes olas, de manera similar a cómo experimentamos nuestras propias luchas diarias, ya sea en el trabajo, en la escuela o en el hogar. El estruendo de estas luchas puede asustarnos, perturbando nuestra paz y tranquilidad, e incluso provocar conflictos en nuestra vida, con la intención de que nos rindamos ante la fuerza de dichas tempestades.
A veces sentimos que nadamos contra poderosas olas y terminamos desanimándonos, llegando al punto de paralizarnos y no permitirnos avanzar; pero Dios Todopoderoso sabe que atravesamos momentos de aflicción y angustia, y es en esos momentos donde Él interviene para demostrar su presencia y que debemos atravesar pruebas para terminar de darnos cuenta que siempre estuvo a nuestro lado, que siempre estuvo en nuestras vidas.
Por eso estoy convencida de que aquellos que sirven a Dios pueden asegurar sus victorias, pues el Señor es nuestra eternidad. Así como la Tierra es firme, nuestra fe también debe serlo, sintiéndonos seguros con las palabras del Señor para no temer ninguna tempestad. Amén.
Rousemeri Dutra