El Señor da fuerza a su pueblo; el Señor bendice a su pueblo con paz.
Salmo 29, 11

Hoy es el segundo día del nuevo año. Es habitual pensar que en el año nuevo se podrán realizar todas las tareas y proyectos que quedaron pendientes del año anterior.
Es frecuente escuchar frases como «el próximo año voy a hacer dieta, ejercicio, ir al médico, comer más saludable, cambiar de trabajo, iniciar una carrera, estudiar inglés, entre otros».
El asunto es que aquí, en el hemisferio sur, al concluir el año, también finalizan muchas cosas: las clases, los grupos, las actividades, los talleres, entre otros. A esto se suman las celebraciones de despedida. Todos los grupos a los que pertenecemos quieren despedir el año. Y, si añadimos a esto los encuentros familiares deseados y no deseados, llegamos al 1º de enero agotados, sin energías.
¿Cómo te encuentras hoy en cuanto a energía? ¿Sientes que tienes suficiente para llevar a cabo todo lo que has planeado para este nuevo año?
El Salmo 29 nos invita a alabar a Dios, quien manifiesta su poder mediante su voz. Su voz creadora nos llama y nos invita. Este es un Dios que nos fortalece y nos bendice con su paz.
En él y en su palabra, podemos hallar las fuerzas que necesitamos cuando parece que nuestra energía se ha agotado. En él encontramos esa paz anhelada, no solo la paz que este convulsionado mundo necesita, sino también la paz interna que busco.
El Señor es la fuerza de su pueblo, su gran libertador,
tú le haces vivir en confianza, seguro en tu poder.”
Canto y Fe Nº 217

Juan Dalinger

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