Tengo una buena oportunidad de servir a Dios y de obtener buenos resultados.
1 Corintios 16,9
La motivación misionera que 1 Corintios 16,1-12 ofrece es fundamental para el trabajo de hoy de las iglesias. El texto nos llama a no confundir el servir con “servirse”. El apóstol Pablo aconseja a las personas en las primeras comunidades de fe que servicio se hace visitando y ayudando a personas en pueblos distantes.
Uno de los principios de la misión es el ir hacia los pueblos (o lugares) donde otras personas se reúnen a fin de motivarse mutuamente en seguir compartiendo la fe que Dios crea y otorga en gratuidad. Ya desde el inicio, la tarea de visitación y de servicio expresa la profunda espiritualidad del cuidado mutuo.
La visitación afirma que la tarea de Dios no ha terminado, sino que cuando las personas se visitan, la presencia de Dios es real, los compromisos se afirman y se fortalece la tarea de compartir esta grata noticia de que Dios permanece fiel y nos visita.
Para hacer posible esa tarea, las primeras comunidades aprendieron a financiar esa tarea. La práctica de guardar parte de los ingresos ganados para ser usados en la misión de la visitación, del compartir las buenas noticias, es trascendental y relevante también hoy. Esta práctica de espiritualidad es integral y viva; ella promueve compromiso y afirma la conectividad.
Dios nos permita ser generosos/as con nuestras finanzas y dones a fin de que su presencia siga siendo real para muchas personas.
Patricia Cuyatti