Martes 21 de enero

 

Preserva a tu siervo de las soberbias, que no se enseñoreen de mí.

 

Salmo 19,13ª

 

Este versículo es parte de una oración que concluye el Salmo 19. En ella, el salmista reconoce que la soberbia es algo de lo que no siempre se puede escapar, por eso pide ser preservado de ella. Además, refuerza su petición rogando que estas actitudes no lo dominen.
Hace poco leí que la Real Academia Española eliminó la palabra utilizada por el salmista en su oración: “enseñorear”. Considero que es una pérdida lamentable, ya que esta palabra nos permite entender claramente el sentido del pedido del salmista. Enseñorear significa tomar control absoluto, influir en las decisiones, intenciones y dirección de las personas. Es precisamente de esto que el salmista pide ser liberado por Dios en su oración.
Las soberbias, como menciona el versículo en plural, es un gran problema también hoy. Porque empobrece, nubla y distancia a muchas personas con su envanecimiento. Esta realidad no debería ser parte de nuestro modo de relacionarnos y vivir.
Para ello, nada más justo que hacer nuestra la oración del salmista: Dios, presérvanos de las soberbias, que ellas no se enseñoreen de nosotros y nosotras, porque tú eres el único y gran Señor. Amén.

 

Rudinei Bischoff

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