Si se enojan, no pequen, y procuren que el enojo no les dure todo el día.
Efesios 4,26
Comparto con ustedes un cuento que he leído en una oportunidad y me pareció propicio con la lectura bíblica de hoy.
“Un día un sabio preguntó a sus discípulos lo siguiente: -¿Por qué la gente se grita cuando están enojados?, los hombres que le escuchaban pensaron durante un momento y respondieron: -porque perdemos la calma.
– Pero ¿por qué gritar cuando la otra persona está a tu lado? ¿No es posible hablarle en voz baja? ¿Por qué gritas a una persona cuando estás enojado?
Los hombres dieron algunas otras respuestas pero ninguna de ellas satisfacía al sabio.
Finalmente él explicó:
– Cuando dos personas están enojadas, sus corazones se alejan mucho. Para cubrir esa distancia deben gritar, para poder escucharse. Mientras más enojados estén, más fuerte tendrán que gritar para escucharse.
Luego el sabio preguntó:
– ¿Qué sucede cuando dos personas se enamoran?, ellos no se gritan sino que se hablan suavemente ¿por qué? Sus corazones están muy cerca, la distancia entre ellos es muy pequeña.
Cuando se enamoran, no hablan, sólo susurran y se vuelven aún más cerca en su amor. Finalmente no necesitan siquiera susurrar, sólo se miran y eso es todo.
Cuando discutan no dejen que sus corazones se alejen, no digan palabras que los distancien más, de otro modo llegará un día en que la distancia sea tanta que no encontrarán más el camino de regreso.” (Cuento tibetano: Mantener cerca los corazones de Pilar Manero Tornil)
¡Feliz día!
Marianna Würgler
Efesios 4,25-32