También les encargamos hermanos que reprendan a los indisciplinados, que animen a los que están desanimados, que ayuden a los débiles y que tengan paciencia con todos.

1 Tesalonicenses 5,14

Este versículo pertenece a una de las cartas dirigidas a los Tesalonicenses, enviada a los hermanos de esta comunidad para guiarlos en la misión como iglesia.

Cada carta que leemos es una guía para nosotros hasta el día de hoy y que nos recuerda la manera en que debemos actuar como iglesia. En esta oportunidad quisiera enfocarme en que, como cristianos o miembros de una comunidad, tomamos la primera parte del versículo de manera muy estricta y en la misión de ayudar y reprender, terminamos juzgando a los demás con una vara demasiado alta, olvidándonos de que en el mismo versículo también nos insta a tener paciencia con todos y por sobre todo hacer las cosas con amor.

Formar parte de una comunidad religiosa, tener un cargo, realizar alguna tarea dentro de la misma, no nos hace superiores a los demás, por lo tanto deberíamos entender que la iglesia es un lugar donde todos podemos encontrar un espacio y todos somos instrumentos del Señor. Él nos valora y nos quiere por igual, entonces las preguntas que debemos hacernos son: ¿Está bien juzgar? ¿Quién es digno de hacer una actividad y quién no? ¿Podemos asegurar quién es el mejor para cada lugar que se ocupa en las comunidades?

Antes de emitir juicios, debemos orar a Dios y pedir que en la tarea de dirigir y colaborar con la misión de la iglesia, la misma sea realizada de manera justa y sin mirar ni medir lo que los demás ofrendan. Sino más bien observar y preocuparnos por lo que ofrecemos nosotros y nuestros corazones, para el prójimo y para Dios. Amén.

Melisa Hilman

1 Tesalonicenses 5,12-28

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