El Señor cuida el camino de los justos.
Salmo 1,6

Tengo fe en que sea así. Aun cuando veo que ello no sucede siempre, elijo creer que “El Señor cuida el camino de los justos”. ¿Se debe a mi obstinación? No, porque cuando analizo los contextos adversos en los que los justos viven y obran me doy cuenta que, sin dudas, el Señor cuida sus caminos. ¿Qué significa ser justo? No tengo una respuesta única y acabada, pero sí algunas orientaciones, y para ello me guío de los anuncios del profeta Isaías que afirmaba: “El fruto de la justicia será la paz” (Isaías 32:17). ¿Qué es la justicia? ¿Es la paz construida a partir de la ausencia de su antónimo, la guerra? Una primera aproximación: en ambos casos se trata de una construcción, hoy diríamos una construcción social, es decir un esfuerzo colectivo. El profeta Isaías ya nos sugería una primera combinación: “trabajen por la justicia y la paz será el resultado”. Ahora bien, ¿y eso cómo se logra? ¿Es posible la construcción de paz en contextos de alta desigualdad social? No lo creo, precisamente, porque se trata de acciones colectivas, que no dependen sólo de algunas voluntades (aunque son muy importantes) sino de acciones humanas que no generen injusticia al colectivo humano. Y en ese camino transitado por los justos se hace necesario el cuidado del Señor, porque con las solas acciones humanas no alcanza.

David Cela Heffel

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