Martes 25 de febrero

 

Tú eres un Rey poderoso que ama la justica; tú mismo estableciste la igualdad.

 

Salmo 99,4

 

Dios es Rey, y la fortaleza del Rey es que ama la justicia. Una gran frase en tiempos en los que no es evidente que reyes, presidentes y otros jefes de Estado amen la justicia. Las noticias falsas inundan a personas de todo el mundo y, con demasiada frecuencia, la ley se tergiversa sutilmente para beneficiar a quienes están en el poder.
Qué poderoso salmo que celebra a Dios, el verdadero y único Rey: este Rey ama la justicia y establece la igualdad para todas las personas. Todos los gobernantes deben ser juzgados por este estándar.
La Biblia hebrea está llena de historias que destacan a viudas, huérfanos, refugiados y pobres. El libro de Rut es un ejemplo de ello: se enfoca en una mujer pobre y extranjera llamada Rut, quien, gracias a su calidez, amistad y confiabilidad, se convirtió en una de las matriarcas del rey David y, en última instancia, de Jesús. Las diferencias de estatus creadas por el hombre, el menosprecio y la marginación se rompen con esta historia y muchas otras.
Dios es Rey, y su fuerza radica en amar la justicia y hacer cumplir la igualdad para todas las personas.
Eso es lo que quiero para nuestro mundo. Mantengo la esperanza de que sea posible gobernar así, aquí y ahora. Que quienes están en el poder tomen a este rey como ejemplo.
Dios, te doy gracias por este Rey que es justo y trata a todas las personas con bondad y misericordia. Te pido que aquellos que detentan el poder en nuestras tierras te tomen como ejemplo, Rey justo. Que se abstengan de la corrupción, el abuso de poder y el enriquecimiento, y que tengan en mente el bienestar de todas las personas. Te pido, Dios, que nos concedas una vida de solidaridad y paz en todo el mundo. Amén.

 

Heike Koch

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