El hombre hace muchos planes, pero sólo se realiza el propósito divino.
Proverbios 19,21
Muchos de los proverbios llegaron a ser dichos populares, y a veces ni sabemos que provienen de la Biblia. Por ejemplo, este versículo ha dado la formulación al dicho “El hombre propone y Dios dispone”. Es un dicho que usa todo el mundo cuando alguna cosa se interpone en la realización de los planes y proyectos; se usa para nombrar lo que no podemos controlar en nuestras vidas y lo que viene a contrapelo: “El hombre propone y Dios dispone”. A veces lo decimos con bronca o im-potencia; muchas veces sin pensarlo siquiera. El sabio del libro de los Proverbios sabe que esta frase no se dice liviana- y sonrientemente, sino que se la sufre. Cuando Dios dispone las cosas para bien, y son la mayoría de las veces, día tras día, cuando hasta generosamente per-mite que de algo negativo salga algo bueno, casi ni lo registramos. A lo sumo le decimos un “gracias”, pero tal vez en el fondo pensamos que en definitiva cumplió con su tarea. Cuando Dios dispone las cosas de un modo diferente a lo que nos parece, es ahí donde nos rebelamos.
El sabio del libro de los Proverbios nos quiere alentar a confiar en ese Dios que está en el mando. “Pon tus actos en las manos del Señor y tus planes se realizarán”. No dice: encomendate al Señor y descansá tranquilo que él actuará por vos. No es cosa nuestra vivir como sonám-bulos o a los tumbos. Debemos aprovechar las chances que nos ofrece la vida y hacer lo mejor de ella. Hacé lo que tengas que hacer, con fidelidad y perseverancia y “pon tus actos en las manos del Señor”. Porque el secreto es que lo que entregás te será devuelto. Poner los actos en las manos del Padre no nos invita a ser pasivos, sino que les da contención y firmeza a nuestros planes, preparativos y proyectos. No debemos echar ligeramente o por comodidad sobre el Señor lo que nos toca hacer a nosotros, pero debemos dejarnos guiar, corregir y bendecir en ello.
Karin Krug
Proverbios 19,16-23