Martes 29 de julio

 

¿Por qué voy a tener miedo cuando vengan los días malos, cuando me encuentre rodeado de la maldad de mis enemigos? Ellos confían en sus riquezas y se jactan de sus muchos bienes, pero nadie puede salvarse a sí mismo ni pagarle a Dios porque le salve la vida.

 

Salmo 49,5-7

 

Estos versículos nos invitan a reflexionar sobre la verdadera fuente de seguridad y confianza durante los tiempos difíciles.
A menudo, en la vida, nos preocupamos por nuestro bienestar material y tememos lo que el futuro pueda depararnos. Sin embargo, este Salmo nos recuerda que la verdadera confianza no debe residir en la acumulación de bienes, riquezas o en el poder terrenal, sino en una fe firme en Dios.
La adversidad puede rodearnos, los momentos difíciles llegarán y los opresores pueden atacarnos, pero nuestra seguridad no se encuentra en las posesiones terrenales o en el éxito temporal. En cambio, encontramos consuelo y fortaleza en Dios, en nuestra comunidad de fe, en nuestros hermanos y hermanas, en momentos de compartir la palabra con nuestro prójimo y en seguir el camino de la rectitud y la justicia.
Este versículo nos desafía a reflexionar sobre dónde colocamos nuestra confianza y cómo enfrentamos los desafíos de la vida. Nos recuerda que, incluso en medio de la adversidad, podemos encontrar paz y seguridad en Dios, quien es nuestra roca y refugio eterno.

 

Camila Weiss Bohl

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