Siembren ustedes justicia y recojan cosechas de amor. Preparen la tierra para un nuevo cultivo porque es tiempo de buscar al Señor, hasta que él venga y traiga lluvias de salvación sobre ustedes. Pero ustedes han cultivado la maldad, han cosechado la injusticia y han comido los frutos de la mentira.

Oseas 10,12-13

¡Qué importante es en la vida lo que sembramos! En nuestro accionar diario podemos elegir qué sembrar.

Aquí el profeta nos habla de tres siembras que podemos hacer y que afectan al bienestar general de las personas y de un pueblo. Y nos dice que el que siembra justicia, cosechará amor; y el que cultiva maldad, cosechará injusticias y mentiras.

Nuestro texto es un llamado a pensar en nuestros actos y palabras y pensar si somos correctos en nuestras expresiones, si estamos viendo el bienestar de los demás o si somos malvados en nuestras reflexiones.

Si somos justos, si nos manifestamos dentro del respeto y del bien sabremos que la cosecha es el amor. A veces sembramos la maldad o injusticia y deseamos a cambio cosechar lo mejor, no nos damos cuenta de que estamos cultivando la semilla errada. No podemos cosechar lo que no plantamos.

Muchas veces deseamos que las autoridades siembren la justicia y el amor, pero generalmente se queda en pedidos; entonces tenemos que comenzar por nosotros. Cultivemos semillas de amor y del bien en nuestros hogares. Sin el amor no habrá paz, armonía, confianza; sin el amor nuestro corazón sólo cosechará tristezas y frustraciones. Apostemos al amor, esa energía, esa fuerza vital que nos puede cambiar y cambiar a los otros.

Arturo Heil

Oseas 10,1-15

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