Digan a los tímidos: “¡Animo, no tengan miedo! ¡Aquí está su Dios para salvarlos!”
Isaías 35,4a

Esta es una promesa muy concreta para todos aquellos que están agotados interiormente. “He aquí que vuestro Dios viene”. Normalmente, el cansancio exterior se supera rápidamente, pero el cansancio interior muchas veces es persistente y difícil de erradicar.
Esta promesa de Dios anunciada por el profeta Isaías, ¿puede cumplirse en tu realidad o en la mía? Siempre debemos considerar lo que Dios quiere y lo que no quiere. Él no solo desea dar descanso a la vida fatigada y preocupada, ¡realmente lo hace! No hay límites para el poder de Dios.
Así lo afirma Isaías 40,30-31: “Hasta los jóvenes pueden cansarse y fatigarse, hasta los más fuertes llegan a caer, pero los que confían en el Señor tendrán siempre nuevas fuerzas…” El que está en comunión con Dios está ligado a una inagotable fuente de fuerza y esperanza.
Sepamos que nuestros corazones temerosos no son ayudados por un optimismo vano y superficial, sino por la plena certeza de que Dios mismo camina, sostiene, trabaja y alimenta a su pueblo, sosteniéndolo en su peregrinaje. El Dios de Israel también es nuestro Dios. El Dios que prometió salvar a Israel también ha prometido salvarnos a nosotros por medio de la fe en su Hijo Jesucristo.

Jorge Buschiazzo

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