Pon tu vida en las manos del Señor, confía en Él, y Él vendrá en tu ayuda.
Salmo 37,5
¡Qué buen consejo del salmista! Poner mi vida en las manos del Creador. Esto debe ser maravilloso: sentirnos amados y cuidados.
Cuando nos encontramos en peligro o situaciones difíciles, tenemos la certeza de que alguien nos cuida. Sin embargo, ¿Cuántas veces ponemos nuestra vida en manos de otros y nos olvidamos de Dios? Cuando confiamos nuestra vida al Señor, ya no tenemos que preocuparnos por el mañana. Si algo nos sucede, Él vendrá para ayudarnos y darnos fortaleza. ¿Ya intentaste contarle al Señor lo que te pasa? ¡Cuéntale todo! Él promete cuidarnos y renovar nuestras fuerzas. Dios te ama y quiere que experimentes la paz y la vida eterna.
Debemos confiar y recibir a Jesús como Señor y salvador.
Cuando nos preguntamos: ¿Dónde está Dios en medio de la tragedia? ¿Dónde encontramos la fuerza interior para soportar nuestros miedos? ¿Hasta qué punto podemos confiar en que Dios estará con nosotros?
Es en Dios en quien podemos recurrir en cualquier situación de crisis, así como en momentos de calma. El Señor quiere que lo conozcamos y desea que confiemos en Él.
Dios sabe qué pasará con nosotros en el futuro, por eso podemos confiar. La palabra de Dios nos dice que el Señor es bueno, es nuestro refugio en tiempos de dificultades. Se preocupa por aquellos que confían en Él.
¡Querido Dios! Sé que estoy pecando constantemente y te pido perdón. Creo que Jesucristo es tu Hijo, que murió por mis pecados y que lo resucitaste. Quiero confiar en Él como mi Salvador y seguirlo como Señor. Guía mi vida y ayúdame a confiar siempre sin dudar. En el nombre de Jesús, Amén.
Wirlene Schmechel