Martes 4 de febrero

 

Alabarán al Señor por lo que él ha dispuesto, porque grande es la gloria del Señor.

 

Salmo 138,5

 

En los últimos 5 años, hemos enfrentado en el Río de la Plata de forestación, sequías, bajantes históricas de los ríos, mega incendios y pérdidas de cosechas; que han potenciado la desigualdad social. A pesar de esto, Dios está presente, trabajando para el bien de toda la creación.
Podemos confiar en su fidelidad, mientras enfrentamos los desafíos de nuestro tiempo. Pero también tenemos una responsabilidad: ser buenos administradores de la creación. En Argentina, Paraguay y Uruguay, donde la biodiversidad es rica y los recursos naturales son abundantes, la explotación irresponsable y la pérdida de hábitats son preocupaciones cruciales. La fidelidad de Dios nos llama a actuar con responsabilidad y cuidado hacia el mundo que nos ha dado, protegiendo los ecosistemas y promoviendo un desarrollo sostenible que respete la creación.
La agricultura sostenible y la protección de los recursos hídricos son esenciales para el bienestar. Alabar al Señor implica no solo palabras de agradecimiento, sino también acciones concretas que reflejen nuestro compromiso con su creación. Iniciativas como la agroecología, la reforestación, la protección de las vertientes de agua y estar preparados u organizados ante eventos climáticos extremos son maneras de honrar a Dios y mostrar nuestra gratitud por su fidelidad. Estas acciones no solo benefician al ambiente, sino que también apoyan la economía local y mejoran la calidad de vida de las personas.
La fidelidad de Dios nos inspira a trabajar por la justicia ambiental y social. En los países del Río de la Plata, las comunidades rurales y las poblaciones marginadas a menudo enfrentan desproporcionada mente los impactos negativos del cambio climático y la degradación ambiental. Defender sus derechos y apoyar sus iniciativas de conser vación y manejo sostenible de los recursos naturales es una manera de vivir nuestra fe de manera tangible. Que cada árbol plantado, cada río limpio y cada acto de justicia social sean una alabanza a la gran deza de nuestro Dios

 

Romario Dohmann

Compartir!

Facebook
Twitter
LinkedIn
WhatsApp
Email
Print