Porque tú has sido un refugio para el pobre, un protector para el necesitado en su aflicción, refugio contra la tempestad, sombra contra el calor.
Isaías 25,4

¡Qué bueno y qué lindo es poder saber que creemos en un Dios que es refugio y protección! ¡Cuánto consuelo brinda saber que el Dios en quien creemos se muestra interesado por aquello que vivimos y por cómo nos sentimos cada día, así también hoy!
En distintos lugares del mundo hay alguien como vos leyendo esta reflexión. Vos y yo, aun viviendo probablemente realidades muy distintas, podemos celebrar que Dios se acerca a nosotros/as para brindarnos su cuidado y compañía.
Hoy, deseo que podamos sentirnos animados/as y fortalecidos/as por esa presencia de nuestro Dios junto a nosotros/as. Deseo que podamos vivir confiados en que también en nosotros/as se manifiesta Dios con su poder, su cuidado y su protección.
Anunciemos con alegría que creemos en un Dios bueno, que se interesa y ocupa de nosotros/as; compartamos con otros/as esta buena noticia para que también puedan saberse acompañados/as, y bajo el cuidado y la protección de Dios, quién es nuestro refugio, en este día y siempre.
Señor, gracias te doy por encontrar en ti un lugar de refugio y cuidado. Quiero pedirte que me acompañes y muestres tu amor en este día. Fortalece en mí la certeza de tu presencia y bríndame tu protección. Amén.

Christian Stephan

Compartir!

Share on facebook
Facebook
Share on twitter
Twitter
Share on linkedin
LinkedIn
Share on whatsapp
WhatsApp
Share on email
Email
Share on print
Print