Miércoles 13 de noviembre

En ese momento aparecerá Miguel, el gran ángel protector que defiende a tu pueblo. Será un momento angustioso, un momento como no ha habido otro desde que existen las naciones. Cuando ese momento llegue, se salvarán todos los de tu pueblo que tienen su nombre escrito en el libro.

Daniel 12,1-2

La lectura de hoy en el libro de Daniel nos sitúa en un contexto apocalíptico, lo que significa que se trata de una revelación sobre los últimos tiempos de la humanidad. Los autores conciben este desenlace como algo inminente en un futuro cercano. En este contexto, el mensajero de Dios, el ángel Miguel, desempeñará un papel crucial. Durante este período de angustia, se espera que Miguel brinde un alivio y liberación especialmente a los fieles que aún están vivos. Además, se menciona a aquellos que serán resucitados y juzgados.
Mucho se ha hablado y especulado sobre los tiempos finales, a veces generando gran confusión, ansiedad y dolor. Vivimos rodeados de situaciones y preocupaciones que a menudo nos encuentran al borde del camino. Y es precisamente en esos rostros de dolor donde nos preguntamos: ¿cómo podemos discernir la presencia de Dios? ¿Cómo saber si hemos seguido un camino de fidelidad?, tomando en cuenta las palabras del libro de Daniel.
A veces, solo se trata de resistir, al menos por ahora. En medio del desorden, de lo que en ocasiones puede sentirse como catastrófico, volvamos nuestra mirada a este pasaje que nos promete liberación de la angustia, la injusticia y la muerte a través de la resurrección. Desde este punto, se nos presenta una nueva perspectiva que vuelve a alumbrar y a brindar alivio. Que esta visión pueda irradiar en nuestras vidas, compartiendo ese alivio justamente donde más se necesita.

Marisa Andrea Hunzicker

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