La sabiduría construyó su casa, la adornó con siete columnas; mató animales para el banquete, preparó un vino especial, puso la mesa.
Proverbios 9,1-2

Comúnmente asociamos la sabiduría con hombres sabios que tienen muchas décadas de experiencia. No obstante, en el texto de hoy, la sabiduría es personificada como una mujer llamada Sofía. Un nombre bastante reconocido, que en griego significa precisamente «sabiduría», por lo cual continuaré utilizando este nombre.
Sofía construye su hogar. Ella desea residir en medio de la comunidad para compartir su vida con todos. La casa está adornada con siete columnas, que simbolizan su firmeza y estabilidad.
Sofía prepara comida y bebida para una gran celebración. Sus sirvientas son enviadas para invitar a todos los jóvenes del pueblo a unirse. Invitan en voz alta desde el punto más elevado de la ciudad para que todos puedan oír. Tanto a los sabios como a los necios se les dispone la mesa. El ambiente de camaradería en torno a la mesa es propicio para escuchar lo que Sofía desea enseñar.
Vivir en compañía de Sofía conlleva la promesa de una vida larga y llena de abundantes bendiciones. Escuchar su invitación y volver al camino junto a ella implica un cambio de actitud. Es evidente que Sofía llama a seguir su senda de manera similar a cómo Jesús llamó a sus discípulos. Sin embargo, ¿podría considerarse a Sofía, la personificación de la sabiduría, como una «ídola»?
La sabiduría tiene una importancia central en la Biblia. Conocer a Dios es el fundamento de la sabiduría, y Sofía encarna la actitud divina.
El conocimiento es el fruto de estudios, observaciones y aprendizajes. La sabiduría, en cambio, es un regalo. Por esta razón, se celebra en una fiesta donde todo está dispuesto y es de libre acceso. Solo hace falta unirse a la celebración de Sofía.
Dios de toda sabiduría, te agradecemos de todo corazón, pues por tu bondad deseas guiarnos en el sendero de la luz y la verdad. A veces, los senderos de la oscuridad nos engañan, por lo que te rogamos nos otorgues la fuerza para resistir. Abre nuestros oídos para escuchar palabras de sabiduría que nos guíen hacia el buen camino. Amén.

Günter Kreher

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