Miércoles 16 de agosto


El Señor dice: “Practiquen la justicia, hagan lo que es recto, porque pronto voy a llevar a cabo la liberación; voy a mostrar mi poder salvador’.
Isaías 56,1

Practicar la justicia… ¡Qué compleja la tarea que se nos encomienda! ¿Qué significa? ¿Qué implica hacer lo que es recto?

Jesús mismo nos señala el camino con su vida y su ministerio. Él ha sido modelo de justicia y rectitud para todos y todas.

En el texto queda claro que la liberación y la salvación están en manos de Dios. A nosotros nos compete hacer lo justo (ni más ni menos).

Resulta esclarecedor este texto a la luz de sucesos internacionales tales como la guerra y el afán de control de algunos pueblos en manos de poderes ajenos. ¿Cuántas veces hemos oído discursos mesiánicos de grandes potencias que se adjudican el derecho a intervenir en la política de pueblos del otro lado del océano? ¿Cuántas veces nosotros, nosotras mismas, creemos que sabemos lo que el otro o la otra necesita para su vida?

Pues este texto nos viene a recordar que no somos nosotros quienes liberamos ni salvamos. Sólo a Dios le corresponde esta tarea. Nosotros y nosotras somos herramientas puestas al servicio del reino. Instrumentos de justicia.

Practicar la justicia significa velar porque cada quien reciba según su necesidad, denunciar las injusticias, estar del lado de los/as desfavorecidos/as, de quienes ven vulnerados sus derechos.
Esa es nuestra participación en la obra salvadora, ni más ni menos.

Señor y Dios nuestro, padre y madre amoroso y liberador, guíanos en la práctica de la justicia, muéstranos el camino recto. Que sea tu voluntad. Amén.

Deborah Verónica Cirigliano Heffel
Autora: Deborah Verónica Cirigliano Heffel, Licenciada en Psicología, Profesora Universitaria. Miembro de la Congregación Paraná de la IERP. deborahciriglianoheffel@hotmail.com

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