Mientras el mundo exista, habrá siembra y cosecha; hará calor y frío, habrá invierno y verano y días con sus noches.

Génesis 8,22

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Sólo los que hayan experimentado un viaje largo con la familia se imaginarán la alegría de Noé cuando finalmente salieron del arca. Pero más allá de subsistir, el motivo por el que se metieron al arca fue para cumplir con la voluntad de Dios, y como sabemos que Noé era un hom-bre muy bueno, que siempre obedecía a Dios (Génesis 6,9), tampoco en esta ocasión le fallaría a nuestro Señor.

Somos iglesia y estamos llamados a entrar al arca. Llamados a ir al encuentro de los demás, como hermanos y hermanas en la fe, como co-munidad que desea cumplir obedientemente con el propósito de anun-ciar el evangelio.

Quizá surjan conflictos dentro de este arca, ya que esto implica que debamos estar durante un buen tiempo en contacto con toda la diver-sidad de opiniones y gustos. Personas que piensan distinto a mí y que por ahí no logremos comprendernos del todo. ¡Pero, animémonos! No se trata apenas de subsistir, se trata de cumplir con la voluntad divina.

Tengamos presente a Dios en el arca, pues él nos provee de todo lo que necesitemos y nos da la fuerza para seguir adelante. En los momen-tos de conflicto, recordemos que él sigue allí. Y cuando ya haya pasado la tormenta, así como Noé construyó un altar en honor del Señor (Géne-sis 8,20), no olvidemos de ser gratos por su ayuda y protección.

¡Ánimo, queridos hermanos y hermanas!

Yo soy quien te manda, que tengas valor y firmeza. No tengas miedo ni te desanimes porque yo, tu Señor y Dios, estaré contigo donde quiera que vayas. (Canto y Fe Nº 276)

 

Marcos Espínola

 

Genesis 8,13-22

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