Pues el Señor mismo les va a dar una señal: La joven está encinta y va a tener un hijo, al que pondrá por nombre Emanuel.
Isaías 7,14
El texto del profeta nos presenta un hermoso relato que hace referencia al nacimiento de Jesús, quien sería llamado Emanuel, que significa “Dios con nosotros”. Esta profecía es una señal del amor y la cercanía de Dios hacia su pueblo, especialmente relevante mientras nos acercamos a celebrar la Navidad.
En este versículo, Dios promete una señal extraordinaria: una joven dará a luz a un hijo. Esta señal no solo anuncia el nacimiento de Jesús, sino que también revela la naturaleza divina de este niño. Es un poderoso recordatorio de que Dios mismo vendrá a habitar entre nosotros, para experimentar nuestra humanidad y mostrarnos su amor sin límites.
La Navidad nos invita a reflexionar sobre el significado de la venida de Jesús. Él vino al mundo como un niño indefenso, nacido en un establo humilde, para traer luz y esperanza a un mundo oscuro y necesitado. La presencia de Emanuel entre nosotros nos ofrece consuelo y fortaleza, recordándonos que nunca estamos solos en nuestras luchas y alegrías.
Nos llama a recibir a Jesús en nuestras vidas, permitiendo que su amor y su gracia transformen nuestros corazones. Nos desafía a vivir de acuerdo con su enseñanza, amando a Dios sobre todas las cosas y amando a nuestro prójimo como Él nos amó.
Así que, mientras nos preparamos para celebrar la Navidad, recordemos la promesa de Dios de estar con nosotros en cada paso del camino. Que el nacimiento de Jesús nos llene de alegría y esperanza, y que su presencia transforme nuestras vidas para siempre.
Carlos Kozel