Un día, a eso de las tres de la tarde, Cornelio tuvo una visión: Vio claramente a un ángel de Dios que entraba donde él estaba y le decía: “Cornelio”.
Hechos 10,3
Cornelio y Pedro fueron dos hombres que tuvieron sendas visiones. Ellos cruzan límites de impedimento porque creen en Jesús. Ambos toman en serio sus visiones.
Por ello Cornelio realiza una invitación a Pedro. Algo impensado en aquel tiempo. También es algo insólito que Pedro realmente pise la casa de Cornelio. En ese tiempo los no creyentes eran impuros y extraños, o sea, no eran pertenecientes al pueblo.
Pedro y Cornelio cruzan una frontera y se permiten entrar en un terreno nuevo. Seguramente a ninguno de los dos se le hubiera ocurrido. Fue necesario un empujón de afuera, de Dios.
La fe de Cornelio y de Pedro fue determinante para que tomaran esa decisión crucial, que es el principio de abertura de la iglesia cristiana.
¿Seríamos capaces de cambiar la historia como lo hicieron Cornelio y Pedro?
Podemos cambiar la historia,
caminar a la victoria,
podemos crear el futuro
y romper todos los muros.
Si unimos nuestras manos
y nos vemos como hermanos
lograremos lo imposible,
ser al fin un pueblo libre. (Canto y Fe Nº 341)
Ingrid Mai
Hechos 10,1-23a