Si alguien tiene sed, venga a mí, y el que cree en mí, que beba. Como dice la Escritura, del interior de aquél correrán ríos de agua viva.

Juan 7,37

En estos versículos Jesús realiza una especie de anuncio profético en cuanto a lo que le puede pasar a las personas que rechazan su mensaje: Hay un momento en la vida de todo ser humano que Cristo se les revela; pero cuando estos deciden rechazarlo por diferentes razones no piensan en que un día podría ser demasiado tarde, y aunque lo busquen no lo encontrarán y solo les quedará la condenación eterna.
Tal vez ahora desprecian la oportunidad de escuchar la palabra de Dios, y aun a nuestro Señor Jesús, pero vendrán días en que lo buscaran desesperadamente y qué triste será saber que es demasiado tarde, que el tiempo de las oportunidades acabó y no hay más esperanza.
Las palabras de Jesús tenían un trasfondo espiritual y significaban que iría a su Padre celestial después de terminar su misión redentora en esta tierra, pero la gente no entendía y creían que a lo mejor se iría a predicar a los dispersos en otros lados.
Lo cierto es que ahora nosotros podemos recibir su mensaje y creer en Él para vida eterna, no vaya a ser que después de tanto tiempo nuestro corazón se endurezca y nos aleje de Él hasta que sea demasiado tarde.
Padre celestial te pedimos que siempre nos recuerdes que tu palabra es el sostén de nuestras vidas y que al ser tus hijos tenemos la certeza de una vida eterna a tu lado. Amén.

Alexandra Griesbach

Juan 7,32-39

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