Le preguntó entonces Pilato: ¿Así que tú eres rey? Jesús le contestó: Tú lo has dicho: soy rey. Yo nací y vine al mundo para decir lo que es la verdad. Y todos los que pertenecen a la verdad, me escuchan.

Juan 18,37

¿Quién es este rey sin reino, ni súbditos? Ha perdido la guerra y sin embargo reivindica su poder.

¿Quién es este rey patético que filosofa sobre la verdad? No tiene armas ni bombas para imponer su verdad que aparenta ser absurda.

¿Quién es este rey que muere por un reino que no es de este mundo?

¿En qué otros mundos hay reinos sino en éste, llenos de sangre y guerras?

¿Quiénes son estos sacerdotes preocupados por la Pascua, entregando al cordero en manos impías? Quieren celebrar la fiesta sin ensuciarse las manos con el sacrificio. ¡Qué contradicción! Sin sacrificio no hay pascua pero serán los gentiles los que hagan el sacrificio.

¿Quién es este rey, y sus seguidores, dónde están? Allí afuera, pequeña tropa de traidores que callan, temen, huyen, miran de lejos.

¿Quién es este rey, que nace y viene al mundo a traer una verdad, que parece no interesarle a nadie? Regala una paz que no es de este mundo, predica un mensaje que no entienden y ama sin condiciones a quienes no habría que amar, como la mujer adúltera.

¿Quién es este rey, atado, abofeteado, condenado?

¿Quién es este rey, solo con su verdad?

¿Quién es este rey, canjeado por un bandido?

Aún no lo sabemos, quizás mañana.

Carlos A. Duarte

Juan 18,28-40

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