¿Acaso no saben que son templo de Dios y que el espíritu de Dios habita en ustedes?

1 Corintios 3,16

El templo es considerado un lugar donde se percibe de manera especial la presencia de Dios. No es que sólo allí esté Dios, pero sí hay un par de elementos que condicionan ese lugar para el encuentro con Él: la escucha de su Palabra, el encuentro y la reflexión comunitaria, la música y el canto, el juego de luces y sonidos que las ventanas, vitrales, estructura del edificio crean… Condiciones que crean una atmósfera especial que ayuda a volver al mundo con un espíritu renovado.

Los templos están presentes en la vida de los pueblos. Los templos como una de las primeras construcciones que no podían faltar en todo pueblo. Los templos como símbolo de la vida espiritual. Los templos como punto de referencia pues por lo general son grandes edificios con una torre, con campanas, con un reloj. Los templos como lugar de visita en los recorridos turísticos, por su valor histórico y cultural. Los templos, muchas veces un dolor de cabeza en la actualidad por lo que implica su cuidado y conservación. Los templos, grandes y lindas construcciones pero cuasi museos pues se encuentran vacíos, sin feligreses, sin vida.

El apóstol nos recuerda que nosotros somos templo de Dios, no entendido como un lindo edificio, sino como vida, movimiento, calor, fuerzas… pues el Espíritu de Dios vive en nosotros. Y esto también tendría que reflejarse en nuestros templos-edificios, nuestros lugares de encuentro con Dios y con los demás.

Somos morada de Dios, frágil y herido de amor, somos el cuerpo de Cristo, llamados a ser bendición. (Canto y Fe No 137)

Mónica Hillmann

1 Corintios 3,9-17

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