Después de anunciar la buena noticia en Derbe, donde ganaron muchos creyentes, volvieron a Listra, a Iconio y a Antioquía. En estos lugares animaron a los creyentes, y recomendándoles que siguieran firmes en la fe, les dijeron que para entrar en el reino de Dios hay que sufrir muchas aflicciones.
Hechos 14,21-22
Pablo estaba en Listra y había sido apedreado por la gente y lo habían dejado medio muerto, entonces con Bernabé se fueron a Derbe.
La situación era difícil porque la gente que se sentía atraída por el mensaje del Evangelio debía hacer un proceso para que esta nueva fe se fortaleciera. Pero el contexto no ayudaba para nada, quienes sostenían públicamente esa fe eran golpeados y perseguidos y la verdad es que nadie quiere eso.
El sufrimiento no es un requisito de nuestra fe, Dios no espera eso, no pide eso. Dios nos pide que seamos fieles y coherentes en el seguimiento de los preceptos de una fe y nos dice por ejemplo: “busquen primero el Reino de Dios y su perfecta justicia” (Mateo 6,33), sin duda esto se debe transparentar en nuestros actos y en nuestra vida social. Y es posible que al andar por esta senda el creyente se confronte con gente dispuesta a generar padecimiento como a Pablo, como a Jesús, pero su objetivo no era padecer sino ser fieles.
Yo soy quien te manda que tengas valor y firmeza.
No tengas miedo ni te desanimes, porque yo, tu Señor y Dios, estaré contigo donde quiera que vayas. (Canto y Fe Nº 276)
Cristina La Motte
Hechos 14,20-28