Miércoles 7 de mayo

 

Por aquel tiempo había en la ciudad de Jope una creyente llamada Tabita, que en griego significa Dorcas.

 

Hechos 9,36

 

El libro de los Hechos describe el nacimiento y evolución de la Iglesia. Los primeros cristianos viven en comunidad y comparten las buenas noticias con los demás.
Una discípula llamada Tabita era reconocida por sus obras y por su servicio a la comunidad.
Cuando muere, sus hermanos en la fe no se resignan y le avisan a Pedro, ya que sabían que se encontraba cerca, para que vaya a acompañarlos y confiando en que podría ayudarlos.
A través del texto, compartimos el milagro de que ella vuelva a la vida y hasta el día de hoy recordamos la oración de Pedro diciéndole: “Tabita, levántate”.
En la escuela a la que asistí de joven, teníamos una pequeña publicación en la que compartíamos las noticias de la vida escolar. Su nombre era Tabita, y conocer el texto que originó ese nombre hizo que apreciáramos más esta denominación.
El contenido de esta revista, además de logros personales, notas, y distinciones intelectuales y deportivas, incentivaba a realizar tareas comunitarias en toda la ciudad. Ayudábamos en comedores, visitábamos hogares y apoyábamos en tareas escolares donde fuera posible.
Fueron hermosas experiencias que ayudaron a nuestra formación, y ojalá —Dios mediante— hayan servido a la comunidad en alguna medida.

 

María Teresa Rolón

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