…así que le reclamaron a Moisés, diciéndole: -¡Danos agua para beber!
Éxodo 17,2ª

Toda la comunidad de los israelitas partió del desierto de Sin y siguió avanzando por etapas, conforme a la orden del Señor. Cuando acamparon en Refidim, el pueblo no tenía agua para beber. Entonces acusaron a Moisés y le dijeron: «Danos agua para que podamos beber». Moisés les respondió: «¿Por qué me acusan? ¿Por qué provocan al Señor?».
La sed que acucia desespera al pueblo, pensemos en los niños, en los ancianos deshidratados. En estos años de sequía y bajante histórica del río Paraná es muy angustioso ver los bancos de arena en medio del río, las barrancas que se derrumban…¿Lo acusamos a Dios por eso? No solo la falta de agua, también ante otras necesidades y carencias siempre encontramos un responsable o muchos responsables por eso. Por suerte, alejados de Dios, no lo acusamos a él, pero nos destruimos entre nosotros, vivimos enfrentados, culpándonos unos a otros. Solo la reconciliación, la unidad, la solidaridad nos permite andar hacia un mañana con esperanza. Y entonces así el Señor nos guiará. Amén.

Atilio Hunzicker
Éxodo 17,1-2

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