“¿Quién es ése que viene de Bosrá, capital de Edom, con su ropa teñida de rojo, que viene vestido espléndidamente?” “Soy yo, que anuncio la victoria y soy poderoso para salvar.”

Isaías 63,1

A pesar de su poder impresionante para destruir (manifestado en el texto con la figura de su ropa teñida de rojo y habiendo venido de los sitios de gran matanza en Edom y Bosrá), el mayor poder del Señor reside en su rectitud y su capacidad para salvar.

Los cristianos siempre somos llamados para comprometernos con Dios, con su causa de vida, a ser instrumentos de su salvación, Él nos dará la victoria. No sabemos quién se levantará contra no-sotros, pero no debemos permitir que nada nos robe la alegría, y todos aquellos que nos quieren atacar no nos deben importar. Sea-mos instrumentos de Dios para predicar el evangelio y Él se preo-cupará por todo aquello que nos amenaza. Solo digámosle a Él que queremos trabajar para que nuestra vida refleje sus señales entre nosotros.

Ven ¡oh Salvador divino, Dios de nuestra salvación! En nosotros haz morada, vive en nuestro corazón. Eres tú, Jesús, benigno, eres infinito amor; óyenos, te suplicamos, y bendícenos, Señor. (Canto y Fe N° 85)

Gladis Gomer

Isaías 63,1-6

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