Que no quiero orar como si ya estuvieran muertos
en el insondable fondo del mar
gélido
agitado
bravío
inmensa tumba líquida
Que no quiero orar como resignado a que una vez más
no pasa nada,
se sabe pero no se sabe,
investigaciones que nunca llegan a un final cierto,
‘ir hasta las últimas consecuencias’,
sin arribo ni puerto.
Que no quiero orar por consuelo,
cuando no sé si hay que consolar;
por resignación cuando no quiero resignarme a un destino injusto;
por paz cuando la paz ha sido engañada
Quiero orar empecinado pidiendo milagros,
lo imposible porque Dios es Dios de milagros e imposibles.
Quiero orar a grito desaforado por justicia y verdad
porque Dios es un Dios de verdad y justicia
es verdad que un «submarichatarra» no sirve para nada
la justicia es ahogada en un mar de palabras
Quiero orar para que vuelvan para que se abracen,
se besen, se rían del miedo ciego habido,
como niños después de un susto.
y se sepa, ¿qué pasó?
Quiero orar para que tantos ‘expertos’ hagan silencio
dejen de confundir y permitan la oración calma,
búsqueda íntima de una señal amorosa del divino protector.
Quiero orar para que tantos ‘periodistas’ dejen de mezclar todo
especialmente, de repetir
y repetir, repetir, repetir, repetir,
y permitan la oración singular por el ser querido
que repita su nombre hasta el infinito, como la viuda,
hasta que Dios, el supremo juez, despierte.
Por eso, Dios de vida, luz y amor,
devuélvelos a casa sanos salvos, por Jesucristo
por ellas y ellos que sufren te lo pido.
Amén.
Carlos Duarte, Pastor Presidente de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata
(24/11/2017 mientras se aguardan informaciones precisas sobre el submarino argentino Ara San Juan desaparecido desde el 17 de noviembre)