El pasado 15 de marzo de 2025, en las orillas del Río Uruguay, en Colonia Aurora, Misiones (Argentina), se llevó a cabo una nueva edición del Culto por los Ríos Libres, un encuentro ecuménico y binacional que reunió a unas 200 personas de Argentina y Brasil. Con la participación de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata (IERP), la Igreja Evangélica de Confissão Luterana no Brasil (IECLB), la Iglesia Evangélica Luterana Unida (IELU), la Diócesis de Santo Ángelo (Iglesia Católica) y movimientos sociales comprometidos con el cuidado del medioambiente, el evento fue un espacio de espiritualidad, reflexión y acción por la defensa de los ríos y la creación.
El culto, liderado por ministros y ministras de las diferentes iglesias, tuvo como texto central Ezequiel 47:6-12, un pasaje bíblico que resalta la importancia de los ríos como fuentes de vida y justicia. El sermón estuvo a cargo del pastor Jorge Weishein, de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata y la Fundación Hora de Obrar, quien enfatizó la necesidad de restaurar y proteger la Cuenca del Plata, uno de los sistemas hidrológicos más importantes del mundo, actualmente amenazado por la contaminación, la deforestación y la construcción de represas.
En su sermón, el pastor Weishein reflexionó sobre la relación entre la fe y la naturaleza, citando textualmente: «Si los ríos están contaminados, enfermos y secos, es porque nosotros también estamos contaminados, enfermos y secos. Cuando nos alejamos de Dios, nos secamos, y con nosotros, se secan los ríos». También destacó la importancia de la unidad en la lucha por la justicia ambiental, afirmando: «Esta tarea de restaurar la salud de los ríos no es de una sola comunidad religiosa, sino un esfuerzo común para todos los pueblos que dependen de estas aguas. Dios nos invita a trabajar juntos, a restaurar la vida que fluye en nuestros ríos».
El pastor recordó que la Cuenca del Plata, que abarca cinco países (Argentina, Brasil, Bolivia, Paraguay y Uruguay), es un sistema hidrológico vital para la biodiversidad y la vida humana. Sin embargo, advirtió sobre los graves problemas que enfrenta: «La contaminación por residuos industriales, aguas cloacales, plaguicidas y metales pesados, junto con la deforestación y las más de 150 represas, están destruyendo este regalo de Dios». Hizo un llamado a la acción, recordando que «el río de agua viva que brota del templo, una imagen que usa también Jesús en sus enseñanzas, transforma todo lo que toca a su paso. Estas aguas, símbolo de Dios mismo, curan y dan vida, restauran y fructifican».
Tras el culto, los participantes compartieron un almuerzo comunitario y disfrutaron de expresiones artísticas, como cantos y poesías, que reflejaron la conexión espiritual y cultural con los ríos. Además, se realizó la primera plantación de árboles de la campaña «Sembrando el Camino hacia la COP30», una iniciativa del Foro de Justicia Climática de América Latina y el Caribe de la Federación Luterana Mundial (FLM), que busca plantar más de 11 mil árboles de aquí a noviembre de 2025, cuando se celebre la COP30 en Belém do Pará, Brasil.
El evento contó con una amplia participación de comunidades locales y jóvenes, quienes demostraron un profundo compromiso con la defensa de los ríos y el medioambiente. Este encuentro no solo fue un llamado a la acción, sino también un recordatorio de que la fe y el cuidado de la creación están intrínsecamente ligadas, y que el cuidado de la casa común es una responsabilidad compartida por todos.