Reforma Protestante: «La salvación viene de Dios y no del sistema económico»

 

Durante la celebración por el Día de la Reforma celebrado en Esmeralda 162 con asistencia de todo el Distrito Metropolitano de la IERP. Foto Aylen Schultheis

BUENOS AIRES / Argentina | IERPcomunica –  «La Salvación viene solo de Dios, no de ningún emperador por poderoso que sea, no viene de ningún banquero por millonario que sea», expresó el Pastor Sabino Ayala el 28 de octubre en el marco del culto por el Día de la Reforma del Distrito Metropolitano de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata (IERP). Durante esa actividad, las comunidades de la región se encontraron en la Parroquia Centro de Esmeralda 162, para conmemorar los 501 años del inicio de la Reforma.

La predicación del pastor Ayala, de la Comunidad de San Fernando, estuvo centrada en la salvación que viene de Dios, haciendo hincapié en el testimonio de los cristinos y las cristianas ante el dolor y el sufrimiento, así como en el lugar que ocupan las víctimas de un sistema que le quita a las grandes mayorías empobrecidas, para transferirlas a minorías cada vez más enriquecidas. «Quiénes son las víctimas del sistema hoy», se preguntó y analizó la realidad, así como el testimonio que la Iglesia de Cristo está llamada a dar en el marco de un nuevo aniversario de la Reforma protestante.

A continuación la Reflexión completa:

Texto Apocalipsis 7,9-17

Justicia y Paz de parte del que era y es. Y en cuyo nombre nos reunimos hoy

Es una gracia, un regalo de Dios todopoderoso que nos juntemos las diferentes comunidades del Distrito Metropolitano (de la IERP) en una sola celebración. Y que esa celebración sea el día de la reforma protestante habla de la necesidad que tenemos cada una de estas comunidades de reafirmar nuestra identidad evangélica traduciendo y sintetizando en pocas consignas claras para la población el mensaje de Cristo. Es esto lo que hicieron en su momento los reformadores con sus cinco Solos: Sola Escritura; Sola Fe, Sola Gracia, Solo Cristo, Solo a Dios la gloria. Esas consignas respondían a la necesidad de alentar, fortalecer, inspirar a un pueblo y a una iglesia sometidos y amenazados por las arbitrariedades de los poderes de turno como el emperador y el papado. Para formular esas nuevas consignas será necesario escuchar y ver lo que sucede a la gente con la que trabajamos y confrontar esa realidad con las escrituras.

Y las escrituras hoy nos dicen:

9 Después de esto miré, y he aquí una gran multitud de todas las naciones y razas y pueblos y lenguas, y nadie podía contar su número. Están de pie delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos con vestiduras blancas y llevando palmas en sus manos. 10 Aclaman a gran voz diciendo:

“¡La salvación pertenece a nuestro Dios que está sentado sobre el trono, y al Cordero!”.

11 Todos los ángeles que estaban de pie alrededor del trono, y de los ancianos y de los cuatro seres vivientes, se postraron sobre sus rostros delante del trono y adoraron a Dios diciendo: 12 “¡Amén! La bendición y la gloria y la sabiduría y la acción de gracias y la honra y el poder y la fortaleza sean a nuestro Dios por los siglos de los siglos. ¡Amén!”.

13 Uno de los ancianos me preguntó diciendo:

—Estos que están vestidos con vestiduras blancas, ¿quiénes son y de dónde han venido?

14 Y yo le dije:

—Señor mío, tú lo sabes.

Y él me dijo:

—Estos son los que vienen de la gran tribulación; han lavado sus vestidos y los han emblanquecido en la sangre del Cordero. 15 Por esto están delante del trono de Dios y le rinden culto de día y de noche en su templo. El que está sentado en el trono extenderá su tienda sobre ellos. 16 No tendrán más hambre, ni tendrán más sed, ni caerá sobre ellos el sol ni ningún otro calor; 17 porque el Cordero que está en medio del trono los pastoreará y los guiará a fuentes de agua viva, y Dios enjugará toda lágrima de los ojos de ellos.

 

Libro raro el Apocalipsis, que significa revelación. Se refiere a que El Espíritu de Dios revela a un tal Juan creyente deportado en Patmos una isla solitaria del imperio Romano los acontecimientos históricos que estaban a punto de suceder. Y digo que es raro controvertido porque, contiene tremendas imágenes de ciencia ficción. Los personajes principales son: Un cordero degollado pero de pie, Jesucristo, que enfrenta y vence a un Dragón, Langostas del tamaño de un caballo que lanzan fuego por la boca y tienen colas de escorpiones, lagos de azufre etc. Es decir que el Apocalipsis no utiliza un lenguaje directo sino visiones cargadas de metáforas y símbolos que a medida que pasa el tiempo se hacen más difíciles de interpretar. Esta forma críptica, para nosotros, pero de alguna manera también para su tiempo es una literatura que aparece cuando pareciera que ya no hay esperanza de modificar la realidad social, política o espiritual. Las persecuciones, la tentación de apostatar, de negar su propia fe o bien ser perseguidos. En esas circunstancias desesperantes la apocalíptica es una literatura que procura mantener la fidelidad de los creyentes infundir ánimo y fortalecer la esperanza.

Y estas persecuciones no eran producto de teorías filosóficas sino la consecuencia de una forma de vida que ponía en peligro, que subvertía el orden social del imperio. Allí donde el imperio exigía rendirle culto a la persona del emperador como si fuera Dios, los cristianos afirmaron y sostuvieron algunos con sus vidas que el único kirius, Señor es Dios, que el único ser humano en el que Dios se manifestó, se encarnó, fue y es Jesucristo Señor.

En un sistema económico basado en la esclavitud de los derrotados en las guerras, de los pueblos sometidos mediante las armas, pero también de aquellos ciudadanos romanos a los que les fue mal, que fracasaron en sus emprendimientos, los cristianos sostenían y sostenemos hasta hoy que todos somos hijas e hijos de Dios, que tenemos la misma dignidad y somos hermanos y hermanas los unos de las otras y por lo tanto no se debe explotar, maltratar a un semejante, a un prójimo o a una prójima. Las comunidades cristianas practicaban cierta comunidad de bienes que garantizaba a sus integrantes lo necesario para la vida.

Ante esta situación de persecución, los y las creyentes en Cristo mantenían su fe en secreto y practicaban sus cultos y rituales en forma clandestina. Esto daba lugar a que la gente se imaginara y proyectara en ellas y ellos lo peor. Como que sacrificaban niños para beber su sangre, o que practicaban orgías en las que no respetaban la prohibición del incesto. Y vaya uno saber de qué otras aberraciones los acusaban para justificar las persecuciones.

En esa situación, el pasaje que acabamos de leer responde a la pregunta acerca de lo que sucede con las víctimas del imperio.

A dónde van los que mueren en los circos arrojados a las fieras, los que son crucificados o los que simplemente son asesinados por ser diferentes, por pensar diferente, por vivir de manera distinta a la del resto de la sociedad?

Nuestro pasaje responde de manera categórica con la visión de Juan.  “Después de esto vi una enorme multitud imposible de contar integrada por gente de todas las naciones, pueblos y familias de la tierra. Estaban de pie ante el trono y delante del cordero, vestidos con túnicas blancas; llevaban palmas en la mano y exclamaban con vos potente:

La salvación viene de nuestro Dios que está sentado en el trono y del cordero.

Y los ángeles que están allí responden a la confesión de fe de esa multitud confirmando, ratificando el testimonio de la multitud con alabanzas y acción de gracias a Dios y al cordero es decir a Jesucristo”.

Esta visión ocurre en el cielo, morada, habitación de Dios pero está dirigida a la tierra y más específicamente a los que están sufriendo las persecuciones. Las víctimas del imperio están muy bien, están ante la presencia de Dios y en mejor lugar no podrían estar. Y ellos dan testimonio de una verdad que debe ser sostenida, La Salvación viene solo de Dios. No viene de ningún emperador por poderoso que sea, no viene de ningún banquero por millonario que sea.

Ningún ser humano puede acceder a ella mediante algún merito porque es una gracia, un regalo que solo puede recibir de Dios. Este es el mensaje que Juan tiene que compartir con las iglesias, con los creyentes, con los que están sufriendo y se preguntan si tiene sentido seguir soportando lo que están padeciendo. La respuesta es, no solo que tiene sentido, sino que lo que viene es algo maravilloso, un lugar donde nunca más tendrán algún tipo de necesidad, como hambre, sed, frío o calor porque Cristo mismo será su pastor, la guía que los conducirá hacia los manantiales de agua viva. Y Dios mismo secará toda lágrima de sus ojos.

Creo que este pasaje del Apocalipsis nos desafía a preguntarnos: y ustedes cristianos del siglo 21, qué ven? Qué escuchan? Cuál es la misión que Dios les encomienda?

Y mi respuesta es: Veo una tremenda transferencia de recursos económicos que va desde las grandes mayorías que son despojadas del fruto de su trabajo, de su salario hacia pequeñas minorías que cada vez concentran más riquezas.

Recursos de los asalariados, de los jubilados, de los trabajadores informales, de las AUH, etc. a las empresas de servicios, a los grandes exportadores de granos a las petroleras, etc. Lo que veo es la manifestación desembozada de los fascismos más recalcitrantes, misóginos, homofóbicos, violentos y racistas que van ganado porciones de poder cada vez mayor gracias al apoyo entusiasta de iglesias que se dicen “evangélicas”.

Veo que aumentan los asesinatos por la violencia institucional, gatillo fácil, represión de fuerzas de seguridad; las niñas, niños, mujeres, y jóvenes abusados y asesinados. Las mujeres muertas en abortos clandestinos…  Esto para mencionar solo algunos de los aspectos más visibles de la realidad en la cual nos encontramos.

Y lo que no vemos porque aparece encubierto pero que está generando padecimientos y muertes en cantidades incalculables como la multitud que narra nuestro texto. Me refiero a las muertes masivas que se producen por la ingesta de alimentos envenenados, por beber agua contaminada, por consumir basura bien envuelta y mejor promocionada…

Todo esto por el afán de lucro de las corporaciones y de los laboratorios que trafican con la salud de la gente

También entre nosotros son muchos los que se preguntan: Dónde van las víctimas de este sistema?

Y entiendo que nuestra respuesta deber ser la misma que la de Juan del Apocalipsis.

Las víctimas forman parte de esa gran multitud atribulada (que han pasado por la gran tribulación) que está con sus vestidos blancos delante del trono de Dios y de Jesús.

Pero también entiendo que como congregaciones evangélicas herederas de la Reforma Protestante somos llamados formar comunidades de fe que se ofrezcan como lugar de abrigo, de arraigo, de contención y de crecimiento espiritual para todos y todas las personas que tengan inquietudes, necesidades religiosas y espirituales.

Especialmente aquellas personas con escasos recursos económicos a quienes se les niega el derecho a una vida digna. Y aquellas personas que son discriminadas en otras confesiones religiosas por su orientación sexual o sus posturas en favor de la interrupción legal del embarazo. Comunidades donde a los niñas y niñas se les restituyan sus derechos a la salud, a la educación a la formación artística. Creo firmemente que es el tiempo en que debemos anunciar con voz potente y clara que la salvación viene solo de Dios a través de Jesucristo su hijo y que solo a ellos les debemos gloria loor y alabanza, como fue ayer y lo será sin duda mañana. Amén

 

Compartir!

Share on facebook
Facebook
Share on twitter
Twitter
Share on linkedin
LinkedIn
Share on whatsapp
WhatsApp
Share on email
Email
Share on print
Print