El Señor será para ti luz eterna; tu Dios será tu gloria.

Isaías 60,19

Encontrar el sentido a la vida sin dudas pasa por saber hacia dónde estamos yendo y tener claridad sobre las premisas con las cuales nos movemos a medida que vamos andando.

No es lo que hacemos para llenar el vacío de un momento, sino lo que se convierte en nuestro pilar. Nada más y nada menos que hacia dónde se dirige nuestra vida. Es la “luz eterna” a la que nos aferramos cuando estamos en la soledad de nuestra habitación. Lo que nos va a sostener cuando ya no quede más nada de lo que hoy podemos tocar con nuestras manos y ver con los ojos.

Para poder descubrir cuál es nuestra “gloria”, lo que está dentro de nuestro corazón; hay que mirar la vida, no solo deteniéndonos en las cosas del momento.

El dinero logra hacer a las personas más ricas y el conocimiento las hace más sabias, ¿Pero alcanza con tener y con saber para encontrar un sentido a la vida?

Una persona que no creía en Dios una vez me comentó cuánto envidiaba a las personas de fe, porque ellas podían confiar en Dios por sobre todas las cosas. Ese don es el que nos ayuda a repetir con el profeta que el “el Señor es luz eterna y nuestra gloria”.

No bajes los brazos, porque hay quien te sostiene con fuerza la mano.

Eugenio Albrecht

Isaías 60,15-22

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