El día veintitrés del séptimo mes, el rey despidió al pueblo para que se fueran a sus casas alegres y satisfechos por el bien que el Señor había hecho a David, a Salomón y a su pueblo Israel. Cuando Salomón terminó con éxito el templo del Señor, el palacio real y todo lo que se propuso hacer en ellos…
2 Crónicas 7,10-11
Una de las mayores alegrías que podemos tener en la vida es ser testigos de una obra, idea, o proyecto que impulsamos y pudimos ver terminado. La alegría de ello tiene que ver con mucho esfuerzo y perseverancia personal, así como la ayuda y sostén de Dios en esa caminada.
La prosperidad pues no tiene que ver, en el sentido bíblico con el éxito personal, o el dinero acumulado. La prosperidad que viene de Dios tiene que ver con su presencia y compañía, con poner los dones que nos fueron dados al servicio de su Reino.
Quiera Dios darnos esa alegría de poder estar satisfechos/as con nuestros proyectos, vidas y testimonio de fe.
Oración: Dios de bondad y misericordia, ayúdanos a tener la sabiduría de ser agradecidos/as por tu sostén incondicional.
Ayúdanos a desear lo bueno, para nuestras personas y toda tu creación. Danos la humildad para reconocer una caminada bondadosa aferrados/as a tu mano protectora. Amén.
Mariela Pereyra
2 Crónicas 7,1-11