La reina Ester… y Mardoqueo el judío, escribieron con plena autoridad una segunda carta referente a la fiesta de Purim… y la enviaron a todos los judíos… con palabras amistosas y sinceras, ordenando que se celebrara la fiesta de Purim en la fecha señalada, tal como lo habían ordenado… para ellos y sus descendientes.
Ester 9,29-31
La cita bíblica precedente forma parte del libro de Ester, libro que tiene la particularidad que el nombre de Dios no sea mencionado. En sí, su contenido es para establecer la fiesta de Purim. Esta es una fiesta judía, que se celebra hasta hoy día, donde se nos recuerda el modo en que el pueblo judío logró sobrevivir a un intento de aniquilamiento por parte del gobernador Amán, bajo el mandato del rey persa Asuero.
El nombre de “Purim” surge del término “pur” que significa echar la suerte. Es considerado uno de los días más alegres del calendario hebreo. Cuatro preceptos deben estar presentes en la celebración: El primero, leer y recordar la historia. Segundo, entablar lazos entre los miembros de la comunidad. Tercero, dando dinero a quien lo necesita, como muestra de entrega y compromiso. Por último, compartir una comida, hacer fiesta. Si bien no se menciona el nombre de Dios en el relato, esto no significa que esté ausente en su desarrollo. Cada acción relatada es una causalidad en la que se puede ver manifiesta la presencia de Dios en los hechos que van aconteciendo hasta hacer posible la liberación de su pueblo. Riquísimo testimonio el del texto: Confiar y creer que Dios va entrelazando los acontecimientos que suceden a nuestro alrededor para sostenernos siempre en nuestra caminada por la vida.
David Juan Cirigliano
Ester 9,29-10,3