Entre ellos están también ustedes, que viven en Roma. Dios los ama, y los ha llamado a ser de Jesucristo y a formar parte del pueblo santo. Que Dios nuestro Padre y el Señor Jesucristo derramen su gracia y su paz sobre ustedes.
Romanos 1,6-7
Al ser bautizados en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo desde niños somos llamados, pertenecemos, comenzamos a ser parte del pueblo de Dios. Depende después de nosotros cómo seguimos ese llamado.
Durante mi vida, he servido a la iglesia en diversos roles y he acompañado a las personas de mi comunidad. Sin embargo, fue en la Comisión de Renovación Espiritual y Evangelización, y ahora como integrante de la Comisión Ecuménica del Día Mundial de Oración, donde mis lazos con Dios se fortalecieron. Vivir la fe en comunidad nos fortalece y nos abre los ojos ante las experiencias de fe de diversas personas y denominaciones.
Esto forma parte de nuestra maduración y nos hace más comprensivos ante las diversas angustias, problemas y también alegrías que experimentan aquellos que comparten la misma fe y creen en el mismo Dios.
En el año 2024, oramos en el Día Mundial de Oración por Palestina, una experiencia muy conmovedora, dado que nuestras hermanas allí están enfrentando tiempos difíciles que ponen a prueba su fe. Por ello, quisiera concluir con el lema del Día Mundial de Oración de este año: “Les ruego… sean tolerantes unos con otros en amor”.
Seamos fieles defensoras/es haciendo incidencia ante las personas encargadas de tomar decisiones, que trabajan en todos los niveles de la sociedad, incluidas las instituciones religiosas Amén
Ingrid Mai