Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre.
1 Timoteo 2,5
El apóstol Pablo, en el texto que compartimos hoy, pone énfasis en reconocer que solo hay un Dios, solamente hay un mediador y es necesario que todo corazón crea en Él; es la única manera de ser salvos. No existen muchos dioses, muchas religiones, no hay muchos caminos. Tampoco basta con la sinceridad o con la clásica idea de que todas las religiones llevan a Dios… no.
Nuevamente nos encontramos con un Dios que siempre es claro en lo que afirma y se hace presente en lo aparentemente “sencillo”, para desde allí llevarnos a lo extraordinario, invitarnos a ir más allá del “show de opciones” que nos ofrece el mundo, todo el tiempo.
Ahora, sabemos que no todos creen en Dios ni en Jesucristo; esa es la realidad. Es un reto en este mundo afirmar que solo hay una verdad y que fuera de esa verdad hay engaño. Esta realidad también ha sido enfrentada por la Iglesia desde sus inicios, pero la fe cristiana se sostiene en esa verdad, que puede resultar intolerante en muchas ocasiones: “solo hay un Dios”. Es responsabilidad de la Iglesia y de cada uno y cada una de nosotros afirmar cada día que solo hay un Dios y que solo hay salvación a través de Jesucristo. Esta es nuestra lucha a través de los siglos, y en esta lucha, no estamos solos.
Solo somos salvos por Cristo, por “sus méritos”, por “su mediación”… que ese sea el eje sobre el cual vivamos como iglesia, reconociendo con alegría que nuestro Dios se ha hecho como nosotros para abrazarnos con su amor incondicional. Ayúdanos, Padre. Amén.
Soraya Pereyra